Todavia desconozco muchas cosas sobre Estados Unidos, sobre la vida y sobre lo que me depara el futuro, pero me conozco a mí misma. Mi padre, Fraser, me ensenó a trabajar duro, a reírme a menudo y a cumplir mi palabra. Mi madre, Marian, me ensenó a pensar por mi misma y a utilizar mi voz. Juntos, en nuestro atestado apartamento del South Side de Chicago, me ayudaron a reconocer el valor de nuestra historia, de mi historia, en la historia más general de nuestro país, incluso cuando no es hermosa o perfecta, incluso cuando es más real de lo que te gustaría.
Tu historia es lo que tienes, lo que siempre tendrás. Es algo que debes hacer tuyo.
Todavia desconozco muchas cosas sobre Estados Unidos, sobre la vida y sobre lo que me depara el futuro, pero me conozco a mí misma. Mi padre, Fraser, me ensenó a trabajar duro, a reírme a menudo y a cumplir mi palabra. Mi madre, Marian, me ensenó a pensar por mi misma y a utilizar mi voz. Juntos, en nuestro atestado apartamento del South Side de Chicago, me ayudaron a reconocer el valor de nuestra historia, de mi historia, en la historia más general de nuestro país, incluso cuando no es hermosa o perfecta, incluso cuando es más real de lo que te gustaría.
Tu historia es lo que tienes, lo que siempre tendrás. Es algo que debes hacer tuyo.